Cuando toca toca
Estas vacaciones fueron un poco improvisadas. El destino inicial era Colera, pero por causas logísticas acabamos en Rosas.
El primer dia probé en la cala canyellas de rosas. Pensé que aun estando próximo el puerto, siendo Martes, la cosa estaria tranquila, pero me equivoque, y, cuando ya me habian pasado diez embarcaciones por encima ignorando la boya, decidí dar por terminada mi salida y decidí también que no repetiria por la zona.
Así que el dia siguiente, fuimos de pesca a Colera. Entre unas cosas y otras, llegamos a las 11 y a las dos teniamos que comer..... disponia de una hora y media. Menos da una piedra. Al ataquerrrrrrr.
La cosa no acompañaba en cuanto a especies "deseables", pero el agua estaba limpia, caliente, calmada, y no se veia ni una sola embarcación en el horizonte. Iba a disfrutar del ambiente al menos.
Iba hacia una zona donde hace dos años perdí clavado un dentonarro de los buenos. A ver si este año.....
En una de las bajadas se oyo un estampido y tras el me "atropellaron" un grupo de salpas de buena talla.
Pensé que venia algo gordo, pasaron los segundos, y de nuevo otro grupo de salpas me atropellan de nuevo.
Tras ellas, esta vez, si, un palometón guapo. Se quedo como a unos 10 metros,inmóvil.
Recordé en ese momento que como no esperaba ver gran cosa, solo llevaba el madero y no llevaba nada para rematar la pieza.
Necesitaba acercarme bastante para poder asegurar un tiro, al cuerpo, a partir espina.
También tenia la opción de intentar un off en la cabeza, pero si lo clavaba en la cabeza sin tocar zona vital me podia dar faena después para rematarlo, mientras que si se acercaba el tiro a la espina, aunque no la partiera, cansaria mucho antes al pez en caso de no dejarlo "seco".
los segundos pasaban y no hacia caso de mis ruiditos guturales, ni de mis movimientos simulando esconderme..... pronto tendria que subir a superficie, así, que salí de mi escondite y me lance hacia el a toda velocidad. El empezó a reaccionar y a emprender la huida, pero no muy rápido, manteniendome la distancia.
Cuando ya estaba a punto de darme por vencido y subir a superficie, el animal se para, se gira y se aproxima hasta escasos tres metros del fusil. Me lo puso a huevo. Tiro a placer a la espina y... Bingo. El animal arranco escasos tres o cuatro metros para luego empezar a hacer giros descordinados. Era mio.
La varilla toco de lleno la espina partiendola, pero no termino de traspasar. la muerte de todos modos se abrió dentro. Yo, de todos modos, lo primero, me asegure en traspasar la varilla y ya después tranquilamente de terminar con su sufrimiento.
Un dia 10. Todo lo contrario del dia anterior. Y en 50 minutos tenia la pieza de las vacaciones en la boya. CUANDO TOCA, TOCA.
Así, aunque tuve alguna que otra opción de capturas, opté por dos porras voluntarias. Eso si, disfrute de aguas tranquilas y limpias.